¿Eliges tu destino o lo eligen por ti? Define tus objetivos.

 Mi objetivo con este artículo es lograr que definas y escribas tus objetivos.

 Antes de aprender una metodología para definir tus objetivos, coge papel y boli (o excell y teclado) y acepta el compromiso de escribir aquellos resultados que quieres lograr.

 No te preocupes si son tus objetivos ideales ni si están bien definidos o sin son adecuados (no juzgues); tampoco sin son materiales o abstractos , ni siquiera si te ves capaz de lograrlos. Simplemente escríbelos.

 Cualquier viaje comienza eligiendo el destino.

 Este ejercicio, aparentemente sencillo, aumenta increíblemente nuestras posibilidades de éxito, ya que activa un proceso mental muy poderoso.

 Si necesitas una guía puedes leer mi artículo «Equilibra hoy tu vida para ser más feliz» y anotar objetivos en cada uno de los ámbitos.

 Solo una pequeña parte de las personas ponen por escrito sus objetivos. La razón principal es que no es tan simple como parece. Nos resistimos mentalmente a hacerlo poniéndonos todo tipo de excusas. La verdadera razón es que si escribimos lo que deseamos estamos dando un primer paso para asumir nuestra responsabilidad de cambiar las cosas.

Todo cambia y nada permanece. Participa en el Cambio.

 Nos cuesta hacernos a la idea de que todo cambia. Lo único permanente en nuestra vida es el cambio.

 Nos da miedo el cambio y creemos que si no hacemos nada las cosas no cambiarán.

 Establecer objetivos implican la responsabilidad de actuar , y tenemos miedo de perder lo que tenemos, incluso lo que somos. Sin embargo, el cambio se produce independientemente de si participamos de él o no. Las cosas cambian también cuando no hacemos nada, a veces incluso más.

Pensamos que sin un plan, nada puede salir mal.

 Lo que somos no es estático: nuestras experiencias van definiendo nuestra identidad.

 Debemos asumir la responsabilidad de intervenir sobre aquello que podemos controlar y aceptar lo que no controlamos. Debemos participar en el cambio.

 El miedo al cambio es desproporcionado ya que magnificamos todo lo que puede salir mal. No es casual, pues la primera función de nuestro cerebro es la supervivencia y para ello debe estimar los riesgos. El problema es que somos bastante ineficientes estimándolos.

 La mayoría de las personas no están familiarizadas con el mundo de la inversión y tienen la percepción de que invertir dinero es muy arriesgado porque puedes perderlo. Sin embargo todo el mundo se sube a un coche sin estimar que podemos perder algo mucho más importante que el dinero. En este momento, hay mucha más gente subida en un coche que invirtiendo.

 Por supuesto que debemos calcular los riesgos, pero no debemos permitir que nos impidan actuar.

 Imaginemos la vida como unas escaleras mecánicas y al final de la misma un objetivo que queremos lograr. Las escaleras mecánicas de la vida van en dirección contraria. Si nos quedamos parados nos arrastran hacia abajo. Si andamos al ritmo de las escaleras permanecemos en el mismo sitio y parece que nada cambia, ni avanzamos ni retrocedemos. Solo si corremos logramos avanzar y alcanzar nuestro objetivo.

 La vida es entrópica: envejecemos, no rejuvenecemos. No se trata de ganarle la partida al tiempo, sino de usar nuestro mayor don: la capacidad de actuar habiendo decidido previamente nuestro destino.

Elige qué vida quieres vivir: Reactiva o Proactiva

 Es una vida reactiva , el entorno y otros deciden por ti ( recuerda que está diseñado para los intereses de otros). Es una vida sin control, sin resultados, sin objetivos ni rumbo.

 En una vida proactiva defines tus objetivos, te haces responsable de lo que puedes controlar, tomas tus propias decisiones y obtienes resultados.

 Puedes elegir entre vivir una vida reactiva y navegar sin dirección o en círculos como una barco a la deriva o una vida proactiva donde eliges tu destino y dispones de una carta de navegación.

 
 Recuerdo como conocí a mi primera novia. Era una chica a la que veía pasar por la calle desde mi balcón. Trataba de reunir el valor para acercarme a ella, pero mi timidez y el miedo al rechazo me lo impedían. Una noche soñé que, por fin, me atrevía a hablar con ella y descubrí que no me podía escuchar. Me había convertido en un fantasma y ya era tarde, pues no tenía ni cuerpo ni voz. Cuando me desperté me sentí agradecido de tener la posibilidad de actuar y ser escuchado, de que mis actos tuvieran consecuencias. Esa misma mañana decidí que no iba a dejar pasar la oportunidad y la escribí una carta, la seguí hasta su casa y la eché en su buzón. La explicaba que era un desconocido y que me gustaría conocerla ( por supuesto dejé claro que no era un loco) y dentro del sobre incluí una pegatina de color rojo con las siguientes instrucciones: » Si quieres conocerme pega la pegatina en el banco que esté en frente de tu casa». Al cabo de unos días y para mi asombro ví que la había puesto. A los pocos días la abordé por la calle y le dije: «Hola , soy Carlos». Estuvimos saliendo varios años y fué una bonita historia de amor.
 
 Creo que estarás de acuerdo conmigo que el mayor don que nos ha sido otorgado es la capacidad de influir sobre nuestro entorno. La capacidad de provocar reacciones. Somos seres de acción y no usar nuestro don es como no existir, como pasar por la vida como un fantasma.
 

 Espero haberte convencido de la importancia de definir tus objetivos y de pasar a la acción.

Cómo definir tus objetivos eficazmente.

 
 Te voy a contar algunas cosas que tengo en cuenta cuando define mis objetivos, pero tendrás que encontrar el sistema que mejor se adapte a ti.
 
 Hay cinco claves importantes a tener en cuenta: identificar aquello sobre lo que tenemos el control, diferenciar entre objetivos y procesos, encontrar un propósito, definir objetivos motivadores y dar el primer paso.
 

a) Identificar aquello sobre lo que tenemos el control.

 Como ya hemos hablado en artículos anteriores, los resultados son la suma de acciones que realizamos y podemos controlar ( y de las que somos responsables) y otros factores externos que no podemos controlar.
 
  A nivel metodológico es  muy importante que definamos con claridad aquello sobre lo que si podemos intervenir y aquello sobre lo que no, de lo contrario podemos sentirnos confusos sobre las acciones que tenemos que llevar a cabo.
 

 Imaginemos que nos marcamos como objetivo conseguir 10 nuevos clientes para nuestra empresa el próximo mes. Este es el objetivo, pero no podemos intervenir sobre la decisión final de un cliente (factor externo no controlable), por lo tanto la parte accionable, sería, por ejemplo, contactar con 50 potenciales clientes ( tarea) que nos llevaría a elaborar 20 presupuestos ( hito).

 Aprobar unas oposiciones es el resultado de estudiar eficazmente temas concretos cada día, pero no puedes controlar las preguntas del examen ni tu estado mental el día de la prueba.

 Identifica claramente las partes accionables de tus objetivos.

b) Diferenciar entre objetivos, hitos y tareas.

 Igual que debemos separar los factores externos no controlables con las partes accionables de los objetivos, tampoco debemos confundir procesos ( hitos y tareas) con objetivos.
 
 A menudo decimos que nuestro objetivo es ir al gimnasio, cuando en realidad se trata de un proceso para lograr un objetivo, por ejemplo lograr un mejor estado de forma.
 
Las partes accionables de los objetivos son tareas o acciones concretas ubicadas en el espacio y en el tiempo y no son los objetivos en sí mismos sino procesos para lograrlos.
 
 Cualquier metodología de objetivos, como por ejemplo la popular S.M.A.R.T de George T. Doran, indican que es muy importante ser específico en la definición de objetivos. No es lo mismo marcar como objetivo » hablar inglés en los próximos años» que » mantener una conversación fluida con una nativo antes de Marzo de 2021″. Este ultimo objetivo está definido de manera específica (Specific) , medible (Measurable), es viable ( Achivable), es realista (Realistic) y definido en el tiempo (Time-bound). Fíjate bien, no obstante, que este objetivo no es accionable directamente, no puedes «mantener una conversación con un nativo…» sin antes haber desarrollado una una serie de tareas (a saber, «escuchar 10 lecciones de conversación de determinada App», » estudiar los pronombres», «ver 5 películas en inglés».
 
 Otra metodología, más orientada al ámbito laboral,  se denomina OKRS (Objetives and key results) que postula que un objetivo es la suma de varios resultados clave. Son algo así como hitos intermedios que podemos lograr definiendo tareas concretas para cada uno. El objetivo final se cumpliría si logramos todos esos resultados clave.
 
 Distingamos por lo tanto entre :
 
 – Objetivos ( o resultados finales), sobre los que no podemos actuar directamente y que además dependen de otros factores externos que no controlamos. Ejemplo: Aumentar la fuerza física.
 
Hitos o resultados clave, que son pasos intermedios  y parciales para lograr el objetivo final. Ejemplo: Mejorar la técnica en levantamiento de pesas, mejorar la movilidad articular, lograr un nivel de energía óptimo a través de la alimentación.
 
Tareas ( acciones y/o hábitos). Solo aquí podemos actuar ya que son concretas y están ubicadas en el espacio y el tiempo. Agrupadas nos llevan a lograr hitos intermedios y finalmente el objetivo. Ejemplo: Entrenar la tabla de ejercicios X los jueves y viernes.
 
 Al igual que definimos objetivos ( resultados deseados) y después hitos y tareas para lograrlos, también podemos realizar el proceso inverso, es decir,identificar resultados que no deseamos en nuestra vida y analizar las acciones o hábitos que nos han llevado hasta allí para poder evitarlas, siempre que no sean factores externos. Podemos tener tos porque hemos cogido una gripe ( factor externo no controlable) o porque fumamos. ( acción que nos lleva a resultados no deseados).
 
 Veréis que todo esto nos llevará al único lugar donde donde podemos actuar:  acciones y hábitos, ubicados en el tiempo y el espacio.Otro elemento clave es la adquisición de conocimientos, y el desarrollo de habilidades y competencias para ejecutar con éxito estas tareas. De esto hablaremos en más detalle en próximos artículos.
 

c) Encontrar el propósito. ¿Qué quiero hacer en mi vida?

 Alguna de las principales excusas y preguntas más paralizantes son: ¿ qué quiero hacer en mi vida? ? ¿cuál es mi misión? ¿cuál es mi propósito?
 
 Parece que responder a esta pregunta es un paso previo antes de comenzar a andar.
 
 En mi opinión, nada más lejos de la realidad. Este enfoque puede llevarnos a un estado de pasividad absoluto con la excusa perfecta de no conocer nuestra misión.
 
 Mi propuesta es que simplemente eches a andar. Que te marques objetivos y que los persigas.
 
 Solo un pequeño porcentaje de personas tienen clara su vocación desde pequeños. La mayoría, independientemente de su edad, no tiene claro su propósito. Muchas veces ni siquiera lo descubren a lo largo de su vida.
 

Muchas veces el propósito surge de unir diferentes capítulos de tu vida para descubrir un denominador común. Unes los puntos y aparece el dibujo.

 Si no lo tienes claro, no te preocupes. Simplemente márcate unos objetivos en cada ámbito, define una ruta y aprende lo necesario para lograrlos.

 A veces sólo una versión mejorada de ti mismo forjada con éxitos y fracasos, será capaz de vislumbrar el propósito.

 Siempre me han interesado muchas cosas. Parece que ahora se denomina ser multipotencial. Salto de un tema a otro constantemente. Mi dificultad principal está en poner foco y en terminar lo que empiezo. Al haber dedicado mi vida a tantos proyectos diferentes ha sido para mi bastante complicado definir un patrón común de todo lo que he hecho. Sin embargo, hace poco menos de un año, ordenando mi casa ( después de haber leído un libro sobre minimalismo) encontré cientos de folios con fórmulas y gráficos que había escrito desde los 15 años de edad y que tenía olvidados. En ellos usaba términos como » filosofía de la acción», » hábitos» , » acciones». Uní los puntos y descubrí que estudiar sociología, cine, psicología, marketing….y todos los proyectos me habían llevado hasta aquí, de hecho ese mismo día gesté la idea de lanzar este blog. Todo tenía un denominador común que es el de motivar a los que me rodean para que pasen a la acción, para que sean protagonistas de sus vidas. Soy como un petardo en el culo para lo que me rodean. Para bien y para mal. Preguntad a mis amigos.

d) Plantear objetivos que te motiven.

 Es importante que te marques objetivos que te motiven y que tengan cierto nivel de dificultad, sino ¿ como piensas avanzar?.
 
  Tus objetivos tienen que ser un reto, pero deben ser asequibles. Si son excesivamente sencillos no te motivarán lo suficiente y te llevarán a la inacción. Si son muy difíciles es probable que te paralicen o el trabajo para lograrlos puede desequilibrar otras áreas de tu vida. Ya lo dice la frase ( no recuerdo de quien): «mejor hecho, que perfecto»
 
  
 El famoso profesor de psicología Mihály Csíkszentmihályi define el estado de «fluir» como un estado de concentración o absorción completa en la tarea que realizas.  Un estado donde parece que el ego desaparece y que se logra encontrado un equilibrio entre la tarea que realizas y tu habilidad para realizarla. Si la tarea es demasiado fácil o difícil no se podrá » fluir». Cuando fluyes tienes una fuerte motivación intrínseca caracterizada por una sensación de libertad donde las sensaciones temporales y el ego desaparecen.
 

e) Da solo el primer paso.

 Una vez hayas definido tu objetivo, da el primer paso lo antes posible, si puedes el mismo día que hayas definido tu objetivo. No te preocupes por los siguientes pasos.
 
 Si, por ejemplo, has decidido correr una carrera de 10 km, decide un primer paso sencillo. A lo mejor es ponerse las zapatillas y correr durante 1 minuto, o salir a comprar esas zapatillas, o simplemente entrar en internet y buscar carreras en tu ciudad. Hazlo ya, sin pensar.
 
 El primer paso es el más importante, y aunque aparentemente es sencillo, realmente no lo es. Aquí deja de ser útil pensar.  Este primer paso te saca del modo pensamiento y te coloca en modo acción.
 
 Hace años decidí que iba a correr una maratón. En ese momento no era capaz de correr más de 10 minutos seguidos. El día que escribí mi objetivo, me puse una zapatillas de correr (bastante malas, por cierto) y decidí que correría como mínimo hasta un puente que está cerca de mi casa, a unos 3 minutos corriendo. Cuando llegué tomé el firme compromiso de que correría todos los días y que llegaría como mínimo un paso más lejos que el día anterior. 6 meses después ya corría carreras populares de 10 km, 1 año después la media maratón y 2 años después crucé la línea de meta de mi primera maratón. Entre ponerme las zapatillas aquel primer día y cruzar la línea de meta simplemente tuve que rellenar el camino (correr un poco más cada día, comprar unas zapatillas mejores, apuntarme a las carreras..). Lo más difícil , sin duda, fue ponerme las zapatillas aquel día.

Disfruta de la sensación de haber iniciado el camino y confía en lo que dijo el gran poeta Antonio Machado: » Caminante no hay camino, se hace camino al andar»

Accionables

¿ Que son los accionables? Son acciones muy concretas y sencillas de aplicar con un alto impacto sobre tu vida en el medio y largo plazo. Muchos de ellos, si los repites, se convertirán en hábitos. Todos los artículos del blog tendrán una última parte con accionables.
 
1. Pon por escrito tus objetivos, antes de pensar en ninguna metodología. No te preocupes si están bien definidos o no.
 
2. Ubica tus objetivos en los diferentes ámbitos (yo, social, profesional, ocio, desarrollo personas, finanzas..) o usa el esquema de los ámbitos para seguir definiendo más objetivos.
 
3. Analiza detalladamente tus objetivos y comprueba que te motiven ( retadores, pero realistas) , que son específicos, que son medibles y que has marcado una fecha concreta para lograrlos.
 
4. Desglosa cada uno de los objetivos en hitos intermedios ( resultados clave) y define tareas concretas (ubicadas en el espacio y el tiempo) para lograr cada uno de esos hitos.
 
5. Identifica un primer paso (muy sencillo) de cada objetivo. Algo simple que no requiera más de 5 minutos. Ejecútalo lo antes posible y sin pensar. 
 

Ponte a trabajar y disfruta del increíble poder de saber adonde quieres llegar. Apreciarás cambios importantes en los próximos días

  Si lo deseas puedes contactar conmigo o escribir un comentario para compartir tu proceso o tus dudas.

4 comentarios en “¿Eliges tu destino o lo eligen por ti? Define tus objetivos.”

  1. Thanks Sean. Yeah…I remember…the proof of how important it is to project ourselves in the future. Un Abrazo.

  2. Carlos, que gracia mechas hecho con eso de que eres un petardo……….. Yo creo que lo que eres realmente, es un espíritu inquieto. Inquieto y emprendedor y eso, se puede decir desde casi tu más tierna infancia. Que hay que planificar?? Por supuesto, pero una cosa es que tu planifiques y otra que factores externos te lo impidan. .Debido a mi digamos » estado civil», he tenido que planificar y proponerme muchas cosas en la vida, a veces contra viento y marea por aquello de que como era una mujer sola, a lo mejor no lo hacía bien……….. unas cosas me han salido bien y en otras creo que he fallado rotundamente para mi pesar, aunque no creo que toda la culpa haya sido mía. Bueno , a pesar de todo, dentro de mis posibilidades, sigo planificando ¡ Y que sea lo que Dios quiera !Un beso Carlos

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